-El uso de tarjetas cae hasta febrero en las compras de ocio para poder hacer frente al alza en la cesta de la compra, según CaixaBank

La subida de las hipotecas, el incremento de la cesta de la compra y el alza de los gastos básicos de cualquier familia comienza a hacer mella en el consumo que realizan los ciudadanos en su día a día. O, al menos, en todas esas partidas que cada día son más prescindibles ante un presupuesto familiar mermado por la inflación: moda, restauración, etc. La radiografía de las tarjetas bancarias que usan la mayoría de españoles revelan cómo el consumo realizado con esos medios de pago comenzó a descender en la segunda quincena de febrero. Y lo hizo con caídas de hasta el 2% en el caso de la categoría ‘retail’; del 12% en el gasto en transporte; o del 14% en turismo (pagos en agencias de viajes o alojamientos, entre otros).

Es la primera vez desde que se pudo dar por finiquitada la crisis del coronavirus que el gasto de los españoles -reflejado en las tarjetas de crédito y débito- ha disminuido en comparación con el año anterior, según los datos más actualizados proporcionados por CaixaBank Research. Y esa circunstancia tiene mucho que ver con las condiciones con las que tienen que capear a su alrededor que con un problema, por ejemplo, como el empleo.

Así lo explican algunos analistas como Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America: «Los hogares europeos se están viendo presionados a un ritmo sin precedentes y el crecimiento del consumo real se está volviendo negativo». «Los consumidores están pagando mucho más por lo mismo y no podemos ser optimistas sobre las perspectivas del consumo en el futuro, ya que incluso cuando disminuya la presión sobre los ingresos reales, la repercusión de la subida de los tipos de interés se dejará sentir», indica el experto.

Estas cifras de menor consumo con tarjeta contrastan con los incrementos del gasto que siguen registrando estos medios de pago cuando se trata de las transacciones registradas en los comercios de alimentación, supermercados e hipermercados. Es decir, en todo lo relativo a la cesta de la compra de cada hogar. En este caso, las tarjetas revelan una subida del consumo del 20% durante los meses de enero y febrero. De hecho, los datos semanales no indican que este gasto haya descendido desde que comenzó el año, ante el impacto de la inflación de los alimentos (su tasa sigue creciendo a un ritmo superior al 15% interanual).

El culpable de esta situación tiene nombre y apellido: el euríbor. La subida exponencial de los tipos de interés aprobada por el Banco Central Europeo (BCE) desde el pasado verano ha aumentado de forma considerable una parte de las cuotas hipotecarias que pagan las familias. Y lo ha hecho en cuantías que comenzaron a subir entre 60 y 80 euros, pero que ya van a un ritmo superior a los 200 euros en muchos casos.

El yugo de la vivienda

De hecho, quienes se aventuran a la adquisición de una vivienda tendrán que destinar alrededor del 40% de sus ingresos de media al pago de la cuota hipotecaria. Son casi siete puntos más de lo que dedicaron quienes firmaron un crédito el año pasado, de acuerdo con los cálculos que maneja el sector financiero.

El hecho de que la mayoría de las hipotecas firmadas en el último año sean fijas (en octubre el porcentaje sobre el total bajó del 70% por primera vez en meses) sí que amortiguará el impacto del euríbor en los actuales propietarios.

A pesar de esta compleja situación microeconómica, las familias tratan de cuadrar sus presupuestos y lo hacen básicamente apoyadas en dos factores, que son los que a la vez evitan un auge de la morosidad bancaria, esto es, los impagos: la fortaleza del mercado laboral y los ahorros acumulados durante los últimos años tras la pandemia.

En el caso de la situación por la que atraviesa España desde el punto de vista laboral, los últimos datos apuntalan la idea del Gobierno de que las familias pueden sufrir estrecheces, pero mientras aguante el empleo, la situación seguirá siendo benigna. De ahí las estimaciones al alza del PIB que ya ha anunciado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Por otra parte, el ahorro acumulado en depósitos (a finales del año pasado superó el billón de euros) permite cierta holgura a los ciudadanos a la hora de afrontar el alza de las hipotecas, aunque su consumo es cada vez más selectivo, como muestran las estadísticas de tarjetas.