-Víctima de dos errores gruesos de sus laterales derechos, una Roja despistada por tanto cambio sucumbe en Hampden Park ante los descendientes de William Wallace.
Escocia-España (2-0)
Escocia: Gunn, Hickey (Patterson, min. 82), Porteous, Hanley, Tierney (Cooper, min. 74), Robertson, Christie (McLean, min. 74), McGregor, McTominay, McGinn (Ferguson, min. 82) y Dykes (Shankland, min. 89).
España: Kepa, Pedro Porro (Carvajal, min. 46), David García, Iñigo Martínez, Gayà, Rodri, Merino (Iago Aspas, min. 57), Yéremy Pino, Ceballos (Gavi, min. 78), Oyarzabal (Nico Williams, min. 46) y Joselu (Borja Iglesias, min. 66).
Goles: 1-0: min. 7, McTominay. 2-0: min. 51, McTominay.
Árbitro: Sandro Schärer (Suiza). Amonestó a Robertson, Dykes, Carvajal, Gunn, Iago Aspas y McTominay.
Incidencias: Partido correspondiente al Grupo A de la fase de clasificación para la Eurocopa de 2024, disputado en el estadio de Hampden Park ante 50.000 espectadores.
España sufrió en Hampden Park el primer rapapolvo de la recién nacida era De la Fuente. Víctima de sendos errores de grueso calibre de los dos laterales derechos que usó allá donde nació el fútbol de selecciones, La Roja sucumbió ante Escocia con un doblete de McTominay, autor de cuatro tantos en las dos primeras jornadas de la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania, y refrendó que la falta de contundencia en las áreas sigue siendo su asignatura pendiente, como ocurría con Luis Enrique.
La ‘Tartan Army’, tan rocosa como efectiva, fue un verdadero dolor de muelas para un combinado sin cuajo que necesita desarrollar automatismos, pero que se vio perjudicado por el reparto de esfuerzos y seguramente también por el deseo de Luis de la Fuente de contentar a todos e ir sumando el mayor número posible de soldados para la causa. El riojano rotó de forma masiva en territorio comanche y España perdió el norte. Tocar tantas teclas al mismo tiempo apareja el riesgo de que la computadora se bloquee. Sucedió en Hampden Park. Cierto es que es demasiado pronto para que suenen las alarmas y que el empate de Noruega ante Georgia alivia el mal trago, pero conviene un reseteo y que el de Haro vaya tomando nota.
Ocho variantes respecto al once que confrontó de inicio a Noruega en el estadio de La Rosaleda metió De la Fuente. Mantuvo a Kepa bajo palos, pero remodeló al completo la defensa, donde tomó la alternativa el navarro David García para establecer dupla con Iñigo Martínez y tratar de equilibrar el poderoso físico de los escoceses. Conservó a Rodri y Mikel Merino como pivotes, pero premió el buen rendimiento de Yéremy Pino, Ceballos y Oyarzabal en Málaga situándoles a la espalda de Joselu.
De la Fuente aceptaba que el juego directo desempeñaría un papel preponderante en uno de los grandes templos del fútbol británico, pero con lo que no contaba era con la mala puesta en escena de su tropa, penalizada de inmediato. Un resbalón de Pedro Porro propició un robo de Robertson, que divisó la llegada desde segunda línea de McTominay para que el centrocampista del Manchester United, autor de un doblete el pasado sábado contra Chipre, prolongase la racha ajusticiando a Kepa después de que la bola tocase en Iñigo Martínez y despistase al de Ondárroa.
El combinado de Steve Clarke, un antiguo lateral derecho que hizo carrera en el Chelsea durante once temporadas antes de iniciar una larga carrera en los banquillos que le llevó a ser ayudante de Bobby Robson, Ruud Gullit, José Mourinho o Rafa Benítez, entre otros, tenía los conceptos claros e, impulsado por su fervorosa hinchada, fue derecho a la yugular de su adversario.
Tierna y roma
Frente a Noruega tuvo el viento a favor España, pero el choque en Glasgow nacía de nalgas y planteaba una prueba de madurez a una Roja monocromática a la que le costó tomarle la temperatura al pleito. Un remate de cabeza de Joselu a centro de Gayá con blocó Gunn sin demasiados problemas fue el primer acto de rebeldía de una selección que persiguió el bombardeo por bandas. El travesaño impidió que el segundo proyectil de Joselu, activado de nuevo desde el flanco izquierdo, detonase en la red escocesa. Amenazó también Rodrigo sacando la pértiga y Pedro Porro por vía terrestre, aunque sin suerte.
El peritaje del césped, irregular y alto, frunció el ceño de los visitantes, cuyo asedio no hizo mella en una Escocia monolítica. Los británicos enfriaron el arreón con físico y oficio, también en el juego subterráneo. Joselu se las tuvo tiesas con los centrales y clamó en el desierto al árbitro, casero antes de ser relevado por lesión después del entreacto. Que el escenario fuese de pierna dura no acompañaba y España estaba obligada a arriesgar, lo que sembraba espacios para que la ‘Tartan Army’ amenazase a la contra. Dykes tuvo el segundo en sus botas al borde del descanso, pero arqueó el disparo en exceso.
Reformuló la banda derecha De la Fuente tras el intermedio con la entrada de Carvajal por Pedro Porro y de Nico Williams por Oyarzabal, lo que desplazó a Yéremy Pino al otro costado. Pero por ahí precisamente volvió a hacer agua España. Carvajal perdió la mano ante Tierney y McTominey encontró de nuevo pista libre para dar el estoque.
Subió la apuesta De la Fuente sacrificando a Mikel Merino para incrementar el batallón ofensivo con la entrada de Iago Aspas, aunque el travesaño evitó el tercero de Escocia. Quemó sus últimas naves el riojano dando cuerda a Borja Iglesias y Gavi en detrimento de un encorsetado Joselu que, pese a todo, volvió a ser la principal amenaza de La Roja, y de un Ceballos mucho más apagado que en La Rosaleda, pero España, roma en la vanguardia y chata en la retaguardia, claudicó ante los descendientes de William Wallace, líderes de grupo y más hechos que una indefinida España a la que volvió a derrotar más de 38 años después.