La Feria del Libro de Madrid comenzó ayer su andadura con el propósito de diluir la absurda frontera entre ciencias y letras. Sin lluvia y con la ausencia de la reina Letizia, que en esta ocasión se abstenido de participar en la inauguración por el deseo de no interferir la campaña electoral, la actual edición prescinde de la fórmula de dedicar el evento a un país invitado. Esta vez será la cultura científica la que vertebre las jornadas.

Pese a que de cara a la galería todo el mundo celebra la presencia de las precipitaciones, a la hora de la verdad libreros y editores se muestran preocupados por el hecho de que la lluvia agüe una fiesta que el año pasado registró tres millones de visitantes y cosechó unas ventas de 10,2 millones de euros.

El ministro de Cultura, Miquel Iceta, encargado de abrir la feria, se empeñó en abonar de su bolsillo los libros que editores y libreros insistían en regalarle. «Yo siempre los pago. Mantego una cruzada contra la expresión ‘por amor al arte’», comentó. ‘Frankenstein o el Prometeo moderno’, de Mary Shelley; ‘La enciclopedia del obrero’, de Alejandro Civantos; ‘La revolución deportiva’, de Gerard Pedret; ‘El viaje de Rosa’, de Marika Maijala; ‘Feminismo socialista’, de Maria Cambrils; ‘Un bárbaro en París’, de Mario Vargas Llosa; ‘Cartas inéditas de Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán’ fueron algunos de los títulos que adquirió el ministro.

«La feria siempre se moja, aunque suelen ser días puntuales, y tengo la sensación de que este año va a ir bien», dijo el presidente de la Federación de Gremios de Editores, Daniel Fernández. El editor alegó que este año habrá un «crecimiento moderado» del sector del libro, con cifras que se mantienen tras los buenos años de pospandemia.

La Feria del Libro de Madrid cumple 90 años, aunque celebre su 82 edición, ya que estuvo interrumpida ocho años entre la Guerra Civil y la posguerra. En esta ocasión, tiene a la ciencia como tema protagonista bajo el lema ‘Somos de ciencias y de letras’.

Hasta el próximo 11 de junio se celebrarán más de 400 actividades y unas 4.000 sesiones de firmas en las 385 casetas que acogen a 424 expositores y que darán cabida a más de 1.000 editoriales y más de un centenar de librerías.