Lo peor ya ha pasado. Ahora pueden quedar rescoldos, pero el incendio no será tan intenso como en los últimos meses. Esa es la percepción generalizada que tienen en el sector bancario al hilo del conflicto de las cláusulas suelo. Casi un año después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) estableciera la retroactividad total para que los bancos devolvieran las cantidades cobradas de más en concepto de intereses en parte de sus hipotecas, las entidades han reintegrado 1.975 millones de euros hasta noviembre.

La cuantía no es baladí para un sector que sigue estando lastrado por los bajos tipos de interés, las exigencias regulatorias y la competencia de nuevos actores digitales. Pero el roto que han dejado esas devoluciones en sus arcas apenas representa la mitad de lo que habían calculado que les podría costar, como máximo, la resolución de este conflicto:_casi 4.000 millones de euros.

La banca contaba con que no todos los afectados reclamarían. Y acertó. Por eso, las provisiones que realizaron fueron inferiores a los importes máximos puestos en riesgo por este problema. En BBVA la exposición era de hasta 1.200 millones, de los que guardó 577 millones. En CaixaBank el riesgo alcanzaba 1.250 millones -con dotaciones de 625 millones-, mientras que en Popular fue de 534 millones, en Sabadell de 490 millones -410 reservados-, en Bankia de 214 millones y en BMN de 80 millones.

Aunque el mecanismo extrajudicial puesto en marcha por el Gobierno a principios de año para resolver las quejas sin necesidad de acudir a la justicia sigue en vigor, las entidades ya han tratado el grueso de las quejas recibidas. Y aunque podrían llegar muchas más, salvo en el caso de Bankia y BMN -los dos bancos controlados por el Estado sí han generalizado las devoluciones-, fuentes del sector indican que el auge vivido en la primera parte del año ahora se ha desinflado y que los casos más complejos que quedan por tratar se encuentran ante los jueces.

Del millón de solicitudes que les han llegado a los bancos durante estos últimos meses, han aceptado casi la mitad -unas 453.000-. Pero han conseguido deshacerse de los otros 600.000 casos a través de diferentes vías. En primer lugar, porque las entidades no han llegado a tratar unas 343.000 quejas, bien porque no cumplían con los requisitos establecidos en el proceso extrajudicial, bien por «otras razones» sobre las que no han aclarado el tratamiento, lo que ha encendido las alarmas entre las asociaciones de consumidores.

Además, de las que sí han analizado, los rechazos para devolver las cantidades cobradas de más han superado los 200.000. ¿La justificación más extendida?_Que la incorporación de la cláusula suelo en la escritura hipotecaria «es transparente», «cumple con la legalidad» o «se adapta a la normativa vigente», ante la sorpresa del cliente.

‘No’ en las novaciones

El presidente de Adicae, Manuel Pardos, cree que la banca ha «jugado con la resignación de muchos afectados», tanto al rechazar «grupos de hipotecas de forma generalizada» como al ofrecerles solo soluciones intermedias para «tratar de aplacar» el enfado de los hipotecados. «Nadie sabe cuáles son los criterios usados en cada caso», denuncia.

Por ejemplo, los préstamos sobre vivienda que hubieran incluido algún cambio registral en sus condiciones -las novaciones-, por ampliación del plazo para hacer frente a cuotas más asequibles, han sido rechazados para ser reintegrados. El banco considera que el cliente volvió a tener la oportunidad de percatarse de la existencia de la cláusula suelo, al renegociarse las condiciones, lo que ha evitado una mayor sangría para las arcas bancarias.

Para otros perfiles, las entidades lo han resuelto con el compromiso de anular definitivamente el interés mínimo a aplicar en la hipoteca, aunque sin abonar ninguna cantidad cobrada de más hasta mayo de 2013, el momento en el que el Tribunal Supremo estableció la necesidad de hacerlo al no cumplir con los criterios de transparencia necesarios por parte de la entidad. Otras veces el cliente ha recibido una compensación económica que no tiene por qué representar el conjunto de las cuantías cobradas de más en su momento, según indican fuentes cercanas al sector financiero. Y así se suceden miles de casos con los que la factura de los suelos ha conseguido amortiguar el golpe máximo que tenían previsto la banca.

Desde las organizaciones de consumidores siguen aconsejando a las familias afectadas dirigirse a los tribunales, en el caso de que con el mecanismo extrajudicial no se hayan resuelto satisfactoriamente las reclamaciones. Y es que, apuntan, los jueces siguen dando la razón a los consumidores afectados por un problema que está lejos de resolverse.